Vivimos en un mundo globalizado, crecientemente interconectado, que atraviesa una crisis climática y sanitaria cuya magnitud es reconocida por la comunidad científica global como alarmante y sin precedentes. En el seno de los organismos multilaterales se discuten diversas iniciativas mancomunadas para hacer frente a estos desafíos socio-ambientales y su correlato político y económico, planteando medidas alineadas con la idea del Desarrollo Sostenible. La Agenda 2030 de las Naciones Unidas acordada en 2015, junto con sus 17 objetivos, se constituye como un instrumento destacado que propone a los países metas deben cumplir en relación con múltiples ámbitos de la vida humana en nuestro planeta. Como se reconoce allí, la Educación cumple un rol transversal para propiciar cambios en los modos de operar de los diversos sectores de las sociedades. En particular, la meta 4.7 plantea un gran desafío: “de aquí a 2030, asegurar que todos los alumnos adquieran los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para promover el desarrollo sostenible, entre otras cosas mediante la educación para el desarrollo sostenible y los estilos de vida sostenibles, los derechos humanos, la igualdad de género, la promoción de una cultura de paz y no violencia, la ciudadanía mundial y la valoración de la diversidad cultural y la contribución de la cultura al desarrollo sostenible”. En este escenario, la perspectiva de la Educación para la Sostenibilidad y la Ciudadanía Global es un llamado más que oportuno y pertinente, que nos invita a replantear varios aspectos de los diversos modos en los que la humanidad se ha desarrollado para devenir en la situación actual. En la Cátedra UNESCO de la Universidad de San Andrés este llamado nos interpela de manera central. En lo que sigue de este texto, compartiremos algunas claves de nuestro trabajo. Para hacerlo, exploraremos algunas preguntas: ¿qué significa educar para la sostenibilidad y la ciudadanía global? ¿Por qué deberían ser tenido en cuenta los sistemas educativos? ¿Cómo pueden abordarse estos desafíos tan complejos en el día a día de la vida escolar? ¿Qué implica emprender este camino para las instituciones educativas? ¿Qué oportunidades para la mejora trae aparejadas?